miércoles, 24 de diciembre de 2008

Todo sobre mi madre

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Frase celebre de mi madre #352: (furiosa y a los gritos)
"¡¡¡Es Navidad, no Carnaval!!!"
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domingo, 14 de diciembre de 2008

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Después de un tiempo, al final, ya no quedaba más nada. Lo que la atormentaba, en realidad, era preguntarse si alguna vez había habido algo.







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martes, 2 de septiembre de 2008

Maybe I'm afraid of the way I love you

Ella fingía que no le preocupaba el viento de río despeinándola e irritándole los ojos; él articulaba frases hechas con una singularidad que las hacía únicas...Juntos esbozaban proyectos en voz alta haciendo de cuenta que no sabían que jamás los cumplirían. Buscaban encontrarse en miradas para evitarlas al instante siguiente, y caminaban tomados de la mano como si realmente no desearan soltarse.

Reían, eso era lo mejor y más sincero que conseguían hacer...y por segundos, se hundían en un silencio lo suficientemente cómodo como para no interrumpirlo con palabras que añoraban desesperadamente ser escuchadas.

Esos momentos eran todo lo que compartían y frente a la mirada de terceros, sin dudas, lograban representar exactamente aquello que no eran.

Por un instante, una ofrenda de una religión africana sobre la arena los invitó a detenerse y a perder su mirada en el horizonte, donde el sol del atardecer estaba a punto de colisionar contra el agua.

Acompañados en su soledad, extendieron el intervalo durante un tiempo que - por larguísimo o muy breve - les resultaba imposible de calcular, hasta que ella, extrañada por ese sentimiento intruso, pronunció un:

- Tengo miedo.

- ¿Miedo a qué? preguntó él.

- A muchas cosas, a enamorarme...dijo en un volumen difícil de escuchar.

Mientras tanto, él ensayaba discursos en su mente que fuesen lo bastante correctos como para no lastimarla, pero sólo alcanzó a fingir sorpresa y decir:

- ¿enamorarte?

- Si... porque eso es lo que te pasa cuando estás lo suficientemente distraído.

A él le pareció sensato. Como un pacto implícito decidieron no volver a tocar el tema. Siguieron encontrándose, pero evitaron por siempre los momentos existenciales y nunca más volvieron a contemplar el atardecer juntos, mucho menos frente al río...

sábado, 9 de agosto de 2008

Recorrido a la inversa

Era sencillamente una lágrima transitando su mejilla, y cada milímetro recorrido aumentaba la opresión de su pecho. Mientras tanto, un negativo de momentos fotografiados irrumpían en su mente de algún modo dulce y doloroso. Eran tan solo recuerdos anhelados de un pasado lejano; aunque en tiempo real no tenían más que unas pocas horas de antigüedad. Cada segundo, cada imagen atropellaba, sofocante. Más inverosímil, ficticia, seduciendo a los sentimientos más desgarradores; tanto que cortaban su respiración. Primero fue alivio, liberación, luego incertidumbre, desconsuelo y finalmente desesperación...Y en seguida aquella lágrima se posó en su fatigado ojo izquierdo. Por un momento solo hubo un forzado intento por no pensar, dejar de sentir, contener, resistir. Y por último, bueno, en realidad no me atrevería a contar lo que sucedió. Esto es simplemente una tentativa de narrar la historia de una lágrima...

Comenzando por su muerte, acabando por su nacimiento.

lunes, 14 de julio de 2008

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Cuando todo el mundo duerme, yo despierto.
Cuando todo está perdido, decido apostar.
Cuando las nubes invaden el horizonte, contemplo el amanecer.
Cuando tus ojos ya estan cerrados, visto de hermoso azul oscuro.
Cuando más nada queda, construyo arcoiris con bloques lego.

Si alguna vez muero, eligiré vivir.
Si en cambio mi cuerpo se torna inmortal, descanzaré en paz.
Si tus noches se vuelven eternas, dibujaré primaveras de días soleados.
Si mañana en silencio me acompañas, murmuraré tristes palabras de desconsuelo.
Si la luna me descubre pensándote...

...en realidad ya lo ha hecho.

miércoles, 9 de julio de 2008

No name

A veces me pierdo...Hoy no logro encontrarme por ningún rincón. Busco en la chiquilla que baila en lugar de caminar, en la hija ilusa responsable y complaciente de los deseos de sus padres, en ella, que peregrina en la vorágine de trenes, colectivos y multitudes que se cruzan pero no se miran. Busco en tus ojos y no estoy.

No me encuentro en la cama o frente al televisor. Definitivamente no me hallo mientras miro este cielo raso que hoy parece más lejano que nunca. No puedo transitar los chistes fáciles, ni las conversaciones existenciales de café, ni fingir interés cuando todo acontecimiento me resulta tan ajeno.

De repente solo hay confusión, fragmentos y esta soledad que ambiciona asentarse, ahuyentando cualquier intento de compañía. Ansío hablar callando, descansar haciendo, paralizarme corriendo, llorar sonriendo. Quiero llamar sin tener qué decir, busco comprensión sin saber explicarme.

Me detengo, me concentro, pero mis pensamientos se esfuman, vagan sin rumbo, me juegan una broma poco sutil. No encuentro paz, pero tampoco consigo hundirme en el desasosiego. Un millón de canciones que no se identifican conmigo, hoy la música no me va a sostener.

Sola puedo, sola no puedo, pero no quiero que me encuentres. Prefiero perder, perderme, hasta poder volver a estar aquí. Solitaria, a tu lado, da igual cuando sos forastera en tu propio mundo, extranjera dentro de tu propio cuerpo.

Y en este buscar sin encontrarme, lo único que logro hacer es no decir...escribiendo.